Se había quedado castigada después de clase y su compañero el surfero se había quedado en clase para reparar su tabla de surf. En cuanto él se fue al baño ella aprovecho para subirse a la tabla, pero él apareció y la pilló de pleno enfadándose. Fue sencillo calmar el enfado, tan sólo pegarle un buen morreo hizo que el chico se calmara desembocando en un impresionante polvo sobre la mesa del profesor.